Hay que empezar diciendo que, sea o no rentable, quien construya ya está obligado a gastaren eficiencia energética: un compromiso europeo nos exige ir disminuyendo año tras año el gasto de energía, y desde hace el 1 de enero de 2020, todos los edificios nuevos deberían ser de consumo “casi cero”(nZEB en argot internacional). Aunque el COVID ha supuesto una moratoria, el Código Tècnico (CTE) ha vuelto a endurecer las exigencias de eficiencia.
Por lo tanto, esa casa que tal vez te hagas, deberá consumir casi ninguna energía de la red, porque va a tener que producir (con el sistema que sea) aproximadamente lo que consuma. Esto ya tiene muchas repercusiones.
Por lo tanto, el gasto en eficiencia energética va a ser, muy pronto inevitable para las construcciones nuevas, aunque se podrá eludir parcialmente si rehabilitamos. Pero en todo caso, la respuesta a la pregunta es que sí, que es rentable el gasto en ahorro energético, porque los sistemas pasivos y activos han bajado mucho de precio, y bajarán más aún, mientras el precio de la energía ya vemos que está subiendo escandalosamente. Aunque el que amorticemos o no lo gastado siempre dependerá de nuestra conducta : Si no nos ocupamos de controlar el correcto funcionamiento de los sistemas, o actuamos despilfarrando energía, no importa cuanto hayamos gastado en aislamiento o colectores. Esto vale para edificios nuevos, porque los viejos son más caros de “mejorar” radicalmente, aunque ante una rehabilitación esto no es así. Por ejemplo es impensable cambiar ventanas o calderas de calefacción, y no optar por dobles vidrios y calderas alto rendimiento. Mucho más caro es mejorar los aislamientos.