«Las casas nuevas son esculturas desnudas y simples, y solo con el tiempo se ve si se dejan habitar, si nos acogen con discreción y eficacia, si nos hacen felices. Las que nosotros proyectamos son sobre todo «amables»: no dan fotos espectaculares al acabarse, pero son queridas con adicción por sus propietarios diez años después.»
Tenemos dos líneas básicas de acción: