Casa-refugio mínima, con almacén anexo, en un paraje bucólico totalmente aislado. Debía ser totalmente autosuficiente (unpluged), nada agresiva al medio, suficientemente segura y capaz de permanecer sin uso durante meses pero resultar agradable y ventilada al llegar. En suma, tener una necesidad de mantenimiento nula o mínima.
Todo eso se ha cumplido en sus 15 años de vida. Se abastece de agua de lluvia que baja por gravedad a los grifos, desagua a una minidepuradora y un simple sistema de captación fotovoltaica con una sola batería suministra 12V parala iluminación, una nevera permanentemente activa y una bomba que recircula el agua una hora cada día para evitar su estancamiento.