A partir de la practica liberal de la Arquitectura, como es tradicional en nuestro país, hemos ido evolucionando hacia servicios más completos. Nuestros clientes sonpequeños promotores de obras como Ud, que al hacer construir su propia casa, será un «AUTOPROMOTOR» que nos encargan proyectos según sus deseos y necesidades. Con estos proyectos y con nuestra ayuda, se obtienen las Licencias de Obra y se busca financiación en bancos y un constructor global o varios parciales, a los que se pagará para que ejecute la obra proyectada.
También dirigimos la obra y controlamos su ejecución, resolvemos los conflictos y gestionamos los cambios deseados o sobrevenidos, siempre en defensa y representación del promotor, que es nuestra única fuente de ingresos : Ningún arquitecto honesto puede aceptar comisiones o beneficios de constructores o proveedores que tengan tratos económicos con su cliente. Nos gusta tener el máximo control de la obra, y eso sólo es posible si no se paga nada sin nuestra autorización. Está claro que cuando promotor y constructor son la misma persona, o cuando el dinero fluye entre ellos sin nuestro visto bueno, nosotros perdemos gran parte del poder, y sólo nos queda el rol residual de exigir calidad en la ejecución.
Hemos soportado bien los altibajos de facturación, porque la cultura del taller incluía siempre un cierto rechazo a crecer, y eso nos ha permitido, en el momento actual de fuerte crisis, volver sobre dos de los temas que nunca habíamos abandonado : Pequeños proyectos para quien promueve su propia casa, y preparación de suelo para propietarios que aprovechan la congelación de la demanda para acometer los larguísimos trámites necesarios para transformar suelos urbanizables en solares.
Como la mayor parte de arquitectos, nos encontramos más cómodos en lo que consideramos una estética actual. Pero particularmente no comparto el gusto por extravagancias «originales», y menos aún por los clichés, lugares comunes o fórmulas tronadas de la arquitectura «moderna», esos detalles que hacen que la gente la llame «de diseño» mientras para los arquitectos es «estilillo». Creemos que el interés de la arquitectura ha de emanar del ajuste a su función y a la economía de obra, es decir, de su honestidad, que no excluye una poética del espacio ni una valentía responsable cuando usuario y arquitecto comparten sensibilidad.
Dicho esto, hemos proyectado también casas con una imagen más cálida y cercana a la construcción tradicional, siempre con una sobriedad que nos preserva del folklore.
Desde la Universidad, Juli Llueca es experto en aplicaciones de arquitectura solar pasiva i de alta eficiencia energética. En el momento actual la tecnología permite, además, adoptar sistemas activos de ahorro de energía amortitzables en plazos medios y cortos. Todo ello configura un panorama estimulante para los que tenemos esa materia como un objetivo serio. Nuestro taller forma parte de la red internacional PASSIVHAUS que nos mantiene al día en información privilegiada al respecto.