¿Buscamos una parcela, y nos hacemos una casa según nuestros deseos … o rehabilitamos y mantenemos en uso la casa familiar, recién heredada? También nos puede tentar la oferta de una casa usada de aparente buen precio, que podría ser reformada.
Cada uno tendrá razones para dudar y las valorará de diversa manera. Pero la cosa va más allá de un simple cálculo económico : hay también razones ambientales, sentimentales y hasta ecológicas. Miro de repasarlas por encima.
En general, no es rentable rehabilitar una casa, salvo que ya nos guste, y apreciemos sus valores actuales. Aún así tendríamos que afrontar varios de los siguientes gastos :
En resumen, vais a necesitar un arquitecto para tener una idea de donde os metéis, porque cada caso será diferente y un constructor tenderá a subcalcular los costos.
Ya no vale la pena hablar de si queremos cambiar bastante la distribución, ampliar, etc. No dudéis que en este caso no va a ser rentable.
De acuerdo, la obra de rehabilitar no va a ser más barata que la de hacer obra nueva. Pero … ¿y si metemos en el cálculo el precio del suelo? Si la casa vieja está situada en un lugar interesante, donde una parcela vacía costaría un ojo de la cara, se suscita una duda más grave : ¿nos vendemos la casa familiar, su entorno consolidado, vecinal, bien servido, y nos vamos a una urbanización?.
Claro que casi todas las casas usadas están en sitios bien diferentes a una nueva urbanización, y visto al revés, resulta difícil, caro y a veces complicado conseguir a buen precio una parcela en una zona interesante. La razón es que muy pocos propietarios de esas zonas necesitan vender.
Derivadas directas de las ambientales, pero a veces complicadas con otros temas, cuando se trata dela casa que ha pertenecido a la familia tres generaciones o más. Para determinados espíritus sensibles mantenerla en uso puede ser una misión irrenunciable.
O no ya la casa, pero sí el barrio, el pueblo. En fin, a muchos delos lectores os parecerá que hablo de sentimientos casi extinguidos. Poca gente joven, en edad de “poner casa” está ahora por esas cosas, inmersos como se sienten en la globalización que nos dispersa por este pequeñísimo mundo.
Y aun hay…
Dejar derrumbarse todos los edificios del mundo cada 80 años, mirar de dispersar sus cordilleras de residuos, e ir realojando la creciente población en nuevas viviendas, con el brutal impacto ambiental de la fabricación y transporte de materiales, es sencillamente insostenible.
